Pedro Miralles y el diseño de los años 80’s en plena movida madrileña
Pedro Miralles Claver, arquitecto de formación y diseñador industrial de profesión, nació en Valencia en 1955 y a mediados de los años setenta se trasladó a la capital para terminar sus estudios universitarios. En Madrid, se vio inmerso en la Movida Madrileña, participando activamente en los diversos ámbitos culturales que confluían en el movimento. A su círculo de amistades pertenecían personajes como el cineasta Pedro Almodóvar, la fotógrafa Ouka Leele y el diseñador de moda Jesús del Pozo, entre muchos otros. Junto a este último trabajó durante dos años, tras finalizar sus estudios de arquitectura en 1980.

Pedro Miralles Claver
Pero el grupo de amigos más frecuentado por Pedro fue el compuesto por profesores y alumnos de la Escuela de Arquitectura como Gabriel Ruiz Cabrero, Antón Capitel, Sigfrido MartÍn Begué y Javier Vellés. Se reunían en el mítico bar Chicote de la Gran Vía y de esos encuentros surgió, en el año 1980 Arquitecturas Modernas, la primera de sus exposiciones.
Os dejamos con este magnífico articulo publicado en 2013 por la revista experimenta y que hoy adquiere especial importancia.
Tras el periodo transcurrido en el estudio de Jesús del Pozo, Pedro Miralles descubrió el mundo del diseño industrial y comenzó a crear sus propios muebles. En este sentido, podemos reconecer la influencia de su padre, el Ingeniero de Caminos Emilio Miralles que llegó incluso a diseñar un mueble bar en los años 40 que Pedro conservó hasta mucho tiempo después.
Madrid y los años 80 eran el lugar y el momento más idóneos para lanzarse profesionalmente, una oportunidad que Pedro supo aprovechar: participó en numerosas exposiciones como Nueve Nuevos Muebles, inaugurada por la editora BD Madrid en su espacio de la calle Villanueva, en febrero del año 1984. El mismo año, Pedro fundó su propia empresa Nuevas Manufacturas (NMF) y a través de ella produjo y vendió las primeras piezas que tuvieron repercusión en los medios de comunicación más representativos del nuevo diseño español (La Luna, Ardi, On, Diseño Interior…). Éstos fueron presentados en su primera exposición monográfica, Muebles Manufacturados, inaugurada en el mes de octubre en la Tienda/Galería que Alfaro Hoffman tenía en el centro de Valencia.
Dos años después, en junio de 1986, Pedro presentó sus primeros productos en la exposición Más Muebles, realizada también en Valencia en la Tienda/ Galería de Luis Adelantado. La mayoría de las piezas presentadas eran producidas o editadas por empresas como BD Madrid, BD Ediciones de Diseño, Martinez Medina y el propio Luis Adelantado. Pero fue en abril de 1989 cuando celebró su exposición más importante, Máquinas, Arquetipos y Muebles Preciosos, donde pudieron apreciarse todas las piezas realizadas hasta el momento, como el aparador Poynton de Artespaña (1988), el taburete y la mesas Dry Martini de Akaba (1988), la colección Éboli de Andreu World (1988), la Lámpara Egipcia y la Butaca Emma de Santa & Cole (1988) o la colección Lynx de XO (1987). El evento fue inaugurado en abril en la Galería Vinçon de Barcelona y, posteriormente, en mayo, en la Galería Rita de Valencia.

Pedro Miralles, Taburete Dry Martini

Lámpara Egipcia, Pedro Miralles
En 1987, Pedro viajó a Milán para incorporarse en el máster de diseño de la prestigiosa escuela Domus Academy gracias a una de las becas de posgrado concedidas por el Instituto de la Pequeña y Mediana Industria de la Generalitat Valenciana (IMPIVA). En Italia, Pedro colaboró con Massimo Morozzi en la iniciativa Sedie & Company con el proyecto de la Silla Hakernar (1988), y para Ceccoti –empresa que hoy en día sigue destacando en la producción de muebles en madera maciza de gran calidad– diseñó el Perchero Pezzunia (1989).

Silla Hakerman, Pedro Miralles

Aparador Poynton, Pedro Miralles.
Pedro Miralles encontró sus propios fundamentos en la rigurosidad del neoclasicismo y el lujo del art decó. La reflexión, la atemporalidad, la calidad perceptible en las proporciones, el re-descubrimiento de tipologías clásicas y los materiales nobles, constituyen las características comunes a todos sus objetos.
Recordado por su gran sensibilidad intelectual, Pedro era amante de la lectura, el teatro, la música y el viaje como fuente de inspiración creativa. Su carácter polifacético se percibe en toda su producción. Así por ejemplo, el escritorio Compás (1990) de la firma valenciana Punt Mobles, fruto de la relación de un escritorio con la literatura y la capacidad de ésta para crear imágenes, es un mueble elegante, sofisticado, de líneas suaves y limpias, pero sobre todo, funcional y pensado para integrarse en la vida cotidiana de un hogar. En el mueble destaca especialmente una persiana corredera o rolltop, que, al abrirse, permite elevar el plano de trabajo; este movimiento se traslada a los laterales donde, como un compás, se depliegan los sectores circulares que confieren estabilidad al plano de trabajo. En el interior, un cajón con diferentes compartimentos permite guardar pequeños objetos.

Escritorio Compás -cerrado- Pedro Miralles,1990.

Escritorio Compás -abierto- de Pedro Miralles. 1990
Aunque Pedro se formó y trabajó desde Madrid, nunca dejó de ser y sentirse valenciano, era consciente del momento que también se vivía en su ciudad natal.
“Valencia, por ejemplo, es como un arsenal. Yo creo que si alguien pone una cerilla en el lugar adecuado, saltará como un volcán”.
Gran parte de las empresas productoras de sus muebles eran de Valencia, como Punt Mobles, para quien además de Compás (1990) creó la consola Alfiler (1992). Para Andreu World desarrollló la colección Éboli (1988), y no hay que olvidar su temporada como director de arte de la empresa Ebanis para quien creó la colección Maklas (1989), entre otras. También debemos recordar sus aportaciones en empresas como Muebles DO+CE y Arflex & Martínez Medina.
El 30 de agosto de 1993 el mundo del diseño se sorprendió con el inesperado fallecimiento de Pedro. Un duro golpe para todos aquellos que habían tenido el honor y el placer de conocerle. A sus 38 años recién cumplidos, Pedro nos dejó un amplio legado de diseños llenos de sobriedad y con un estilo marcado por su fuerte personalidad.
Noticia: Catorce años después de ser fabricada por Eclipsi, Metalarte anuncia que editará de nuevo la Lámpara Liquid de 1991.
Esta lámpara fue producida durante una década por la compañía Eclipsi. El encargo de la firma catalana se basó en aquel momento en recuperar, a través del diseño, el uso del alabastro en la decoración contemporánea. La lámpara estaba formada, tal y como recuerdan Pilar Mellado (autora de una tesis sobre la trayectoria de Pedro Miralles) y el arquitecto y diseñador Ramón Úbeda, por una base de nueve centímetros de diámetro, realizada originalmente en aluminio con acabado en anodizado mate o pulido brillo, y una pantalla difusora de 35 cm de altura de alabastro satinado.

Boceto extraído de los cuadernos de trabajo de Pedro Miralles.
En su interior se podía disponer una fuente de luz de hasta 40W, según la recomendación del catálogo comercial original. Se mantuvo en producción durante más de diez años y se comercializó tanto a escala nacional como internacional. Si bien su principal mercado era español, también logró hacerse un lugar significativo dentro del asiático, en lugares como Hong Kong, Singapur y Japón.

Lampara Liquid de Pedro Miralles.
En el año 2002 Eclipsi decidió, por razones comerciales, retirarla de su catálogo. La presentación oficial de esta re-edición tendrá lugar el próximo 7 de junio, mediante una conferencia de Pilar Mellado, en el marco de la nueva edición de Barcelona Design Week. Recuerda que puedes leer un extenso reportaje sobre el diseñador valenciano en el primer número de la revista Dúplex.
Espero que te haya gustado este ‘recorte’ de prensa. También puedes encontrar muchas de sus referencias en analyticalcriticaldesign.com; tartestudio.com; dissenycv.es y si puedes, hazte con la tesis doctoral de Pilar Mellado sobre Pedro Miralles.
Y ya sabes, escríbeme a infoPiaSweetHome@gmail.com siempre que quieras para mandarme tus sugerencias.
Unos muebles muy inspiradores y con un estilo industrial único. Sin duda, cualquiera de las oficinas de antaño podría estar amueblas con estos diseños.
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