Entre las mujeres que rompieron con el modelo impuesto sobre lo que debía de ser una mujer y que desempeñaron un papel fundamental, destaca Maruja Mallo: pintora, escenografista, transgresora en los modos y costumbres, colaboró con Alberti, fue amiga de Lorca, Buñuel y Dalí, y André Breton o Paul Éluard confesaron su admiración por sus cuadros. La trayectoria de Maruja Mallo comienza en Vivero, 1902, y aunque fallece en Madrid, 1995 aún hoy día se sigue hablando de ella.
Fue una creadora incombustible: se dedicó a la pintura, el dibujo, la escenografía y la cerámica.
Llamada la musa del 27, Maruja Mallo nació en el seno de una familia numerosa, eran catorce hermanos, ella fue la cuarta hija. Su familia tenía una buena posición y era cultivada. Su nombre real era el de Ana María Gómez González, tanto ella como su hermano el escultor Cristino Mallo utilizaron el segundo apellido de su padre.
Fue la cuarta hija de 14 hermanos de una familia de clase acomodada. Su padre, funcionario del Cuerpo de Aduanas, era un francófilo con inquietudes humanísticas que apoyó a su hija y su hijo Cristino en sus vocaciones artísticas.
Debido al trabajo de su padre que era funcionario del Cuerpo de Aduanas, la familia se traslada a Avilés y Maruja comienza su formación, en la Escuela de Artes y Oficios, que complementa con clases particulares. Mallo fue la única mujer que superó en 1922 el severo examen de ingreso a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, una institución que era abrumadoramente masculina.
Por esos años desarrolla una gran actividad literaria trabajando para varias publicaciones como El almanaque literario, La gaceta literaria o Revista de Occidente, al mismo tiempo que ilustra las portadas de varios libros. En 1928 de la mano de Ortega y Gasset al que le gusta su obra, se realiza su primera exposición en los salones de la Revista de Occidente, la muestra fue un éxito. Su obra en ese momento se encuadra dentro del realismo mágico.
Te dejo con el programa Imprescindibles de rtve en el que queda perfectamente definida su personalidad abrumadora, sus relaciones con los grandes surrealistas de la época y su obra. Puedes verlo aquí:
Ver vídeo de Maruja Mallo – rtve
En 1939 publica el libro Lo popular en la plástica española a través de mi obra, obra que empieza a incluir los retratos de mujeres. Este cambio, para algunas voces, es el precursor del Arte Pop norteamericano.
Con Pablo Neruda viaja a la isla de Pascua en 1945, en este tiempo inicia su serie Naturalezas vivas. Con la llegada del peronismo al poder Maruja Mallo se traslada a Nueva York.
Es en la década de los sesenta cuando regresa a España, instalándose en Madrid, es una auténtica desconocida en su propio país. Ya que aquellos que fueron sus contemporáneos o habían fallecido o continuaban en el destierro, lo que propició que su vida pública fuera inexistente. En ningún momento deja de pintar, en la década de los noventa del siglo pasado realiza algunas exposiciones y recibe premios como la Medalla al Mérito en las Bellas Artes y el Premio de Artes Plásticas de Madrid. Fallece en Madrid el 6 de febrero de 1995.
Algunas obras pictóricas suyas son: La verbena (1928), La huella (1929), Sorpresa del trigo (1936), La red (1938), Cabeza de mujer (1941), Máscaras (1942), Naturaleza viva, Vida en plenitud (1943), El racimo de uvas (1944), Cabeza de mujer (1946), Oro (1951), Agol (1969), Geonauta (1975), Selvatro (1979).

La verbena (1928)

Cabeza de mujer (1941)

10 Panteo (1982)

Sorpresa del trigo (1936)

Espantapájaros (1929), se lo compró André Breton en 1932.

Maruja Mallo con Josefina Carabias, apoyada sobre su óleo ‘Antro de fósiles’, 1931

Mitad ángel, mitad marisco.

Máscaras (1942)
Era un auténtico espíritu genial. Una artista en estado de inspiración permanente. Tal vez porque era mujer no la apreciaron tanto aquellos que decidían quiénes debían pasar a la Historia. Mallo es fundamental para entender a Dalí (que muchas veces fue detrás de ella); fue la mejor y más brillante pintora de la Generación del 27, parece que superó el surrealismo. Maruja Mallo está en la poesía de Rafael Alberti, porque le ayudó a ser el mejor poeta. Recuperemos a estas mujeres geniales y démoslas a conocer.