71 estrellas Michelín que se dieron cita en Marbella para homenajear a Robuchon, que esperaba con una eterna sonrisa y unos ojos azules vivaces. Joan Roca hizo para la ocasión una «velouté» de habas con flan de foie gras. Un plato que se mezcló con el turbante de contra mormo de atún de Almadraba en «spaghetti»y consomé de tórtolas de Dani García o con una cuajada de erizos de Cádiz con hinojo de Ángel León.
La constelación la completaron Quique Dacosta, Andoni Luis Aduriz, Paco Pérez, Paco Roncero, Francis Paniego, Daniel Humm con un caviar con jamón y coliflor, Toño Pérez, Ramón Freixa, Rodrigo de la Calle, Ricard Camarena con un «nage» de gambas rojas al ajillo, Marcos Morán, Josean Alija o Sebastian Frank que hizo un plato de sal de apio, yema de huevo, espinacas con emulsión de grasa de pollo y clara trufada escalfada.
Una explosión para los sentidos. Una revisión de la historia de uno de los cocineros más grandes de la gastronomía mundial.