Muchos negocios han cerrado, eso es innegable. Pero lo cierto es que el comercio de barrio no ha desaparecido y que nos sigue gustando hacer nuestras compras en ellos. Un estudio recientemente publicado por PuroMarketing ha analizado a estos ‘supervivientes’ del comercio haciendo un seguimiento de los compradores que buscaban de forma específica ‘vino’. Un mercado concreto y en el que hay mucha competencia también dentro de las superficies comerciales.

Las conclusiones de por qué siguen gustando las tiendas de barrio son tres:

1. En primer lugar, porque llevamos dentro el gusto por la experiencia directa de compra, muy diferente a la de la grandes superficies. Es decir, nos gusta preguntar, aprender del experto, conocer detalles que enriquezcan nuestro saber y luego poder transmitirlos a nuestros amigos, invitados, familia, etc. Nos gusta seguir aprendiendo acerca del producto que ‘nos gusta’.
2. En segundo lugar: los consumidores sienten que los vendedores tienen un mayor conocimiento del producto que están vendiendo y que, además, saben mucho más de lo que nos cuentan.
3. En tercer lugar, los consumidores sienten que al tratarse de tiendas más pequeñas y concretas se produce cierta especialización que permite que vendan cosas que no se suelen encontrar en otros lugares.

El resumen: la ‘pasión’ es tu valor de marca

En realidad lo que nos llama la atención no es otra cosa que el esfuerzo que manifiestan diariamente sacando su negocio pero especialmente la ‘pasión’ de quien se cree su propio negocio y disfruta.

La sugerencia: ponerse las pilas ahora

Los propietarios de este tipo de establecimientos debemos esforzarnos por cuidar estos tres puntos, conocerlos a fondo y no esperar que todo el mundo apoye el comercio local porque sí.

Dos buenos ejemplos: una peluquería y una cafetería de barrio.

Peluquería: The Hair Tailor

La cafetería: THE VOYAGER Marine Cafe